Las alas del pensamiento
se hicieron para volar,
tan libre como es el viento
y a las estrellas llegar.

Qué libertad más sagrada
puede existir que el pensar.
Sólo el umbral de la nada
te limita para crear.

Viajar en naves extrañas,
visitar planetas lejanos,
construir máquinas raras,
tener el mundo en tus manos.

Despertar almas dormidas,
o ser domador de fieras,
descubrir la eterna vida,
o ser lo que tú prefieras.

Cualquiera que sea tu lugar,
llénalo de fantasías,
ilusiones para crear
el mundo que tú querrías.

No hay ningún impedimento
para una mente que vuela,
más allá del firmamento,
más allá de las estrellas.

Sólo el límite sagrado
de las leyes naturales,
no debe ser ignorado,
recuerda: somos mortales.