El jardín de las rosas azules
  A UNA ROSA
 



A una rosa presumida
de su belleza sin igual,
que en pétalos resumida
tenía su gloria y majestad.

Rozagante en la mañana,
triste y marchita en la tarde,
comprendió arrogancia vana
de que presume y no sabe.

Tu hermosura yo admiraba,
tu fragancia y lozanía.
Pero nunca te envidiaba.
Eras flor de un solo día.

Me mirabas vanidosa,
pobre, pobre rosa mía,
sin pensar que presuntuosa
tu belleza consumías.

 
   
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis