A todos los niños del mundo
quisiera su mano estrechar,
y unidos en un solo canto,
pedir todos juntos la paz.
Digamos ¡un alto a la guerra!
Gritemos: ¡un poco de amor!
No dañen ya más nuestra tierra,
nos causan un grande dolor.
Que todos los seres humanos
se unan en lucha de paz.
Bandera de amor en las manos,
al cielo mis voz llegará.
Ayuda al hermano caído.
Consuela al que triste está.
Encuentra al hermano perdido y
pan al hambriento darás.
No sueñes con grandes riqueza
que miles muriendo ya están
de hambre, dolor y pobreza,
mendigan las migas de pan.
¿No ves esos niños muriendo?
¿No sientes, tal vez la piedad?
¿Qué pasa contigo, mi hermano?
¿Qué esperas… por qué no ayudar?
Te invito a luchar por la vida
más digna, más justa y veraz,
y Dios nuestra tierra bendiga
regándola con su amor y paz.
Abril de 1995