Te he buscado en las profundas
aguas de mis tristezas.
Te he buscado en las penumbras
del sueño del ayer.
Te busco en la nube,
te busco en la brisa
suave del amanecer.
En la sonrisa del viento
te he buscado,
en las gotas de lluvia
... y no has estado.
Te buscaba en mi mente
y te habías extraviado.
Te buscaba en mis brazos
y te habías escapado.
Hoy busqué en mis recuerdos
... y te habías ído,
en la sombra de mi cuerpo
y no estaba conmigo.
De pronto miré hacia Dios
¡y allí te encontré!
Siempre estuvimos entre
sus brazos... muy juntos los dos.
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